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Dieta del queso: ¡rápida y efectiva!

La proteína es un elemento esencial en la nutrición; sin ella, el cuerpo sufre hambre y enferma. Es la proteína la que más se centra en diversas dietas; las dietas proteicas se consideran las más suaves, aunque incompletas.

dieta syrnaya

La proteína es un elemento esencial en la nutrición; sin ella, el cuerpo sufre hambre y enferma. Es la proteína la que más se centra en diversas dietas; las dietas proteicas se consideran las más suaves, aunque incompletas.

Uno de los productos que contiene mucha proteína completa es el queso, pero la proteína del queso es un tipo especial: es proteína de la leche de animales que originalmente estaba destinada a la alimentación de las crías y, por lo tanto, es más fácil de digerir que la proteína de carne habitual.

Existen muchas opciones para la dieta del queso, pero ninguna puede considerarse ideal, ya que son bastante estrictas y restrictivas. Sin embargo, gracias a la reducción de calorías y al aporte de proteínas, son relativamente fáciles de tolerar; lo principal es no excederse y no seguirlas durante mucho tiempo.

Beneficios y selección del queso

El queso es un concentrado de proteína y grasa de la leche, lo que significa que también contiene vitaminas y minerales. Los quesos contienen gran cantidad de vitaminas liposolubles A y D, son ricos en calcio y fósforo, importantes para los huesos y el sistema circulatorio, y contienen sustancias especiales que estimulan la producción de endorfinas y tranquilizan el sistema nervioso.
Los quesos se elaboran tradicionalmente con leche de vaca, aunque también existen quesos de cabra, de búfala, de yegua o de soja, elaborados con leches vegetales. Además, se utilizan quesos sin lactosa para personas con intolerancia a la lactosa.

Se añaden diversos ingredientes al queso: sal, especias, moho para la fermentación y el picante, y se funden y se remojan en salsas especiales. Todo esto se hace para diversificar los sabores. Los quesos difieren en contenido de grasa y dureza, lo cual es importante para elaborar una dieta: se requieren principalmente quesos bajos en grasa, con un máximo de 10-15% de grasa, sin especias ni sal. Se recomiendan los quesos duros.

Acerca de las dietas

Las dietas a base de queso se dividen en dos grupos: de descarga y bajas en calorías. La esencia de la primera es una reestructuración del cuerpo mediante una restricción drástica de nutrientes y una carga proteica durante uno o dos días, combinada con vino.

La segunda dieta consiste en restringir la ingesta de carbohidratos, sustituyéndolos por grasas y proteínas provenientes del queso, y añadiendo productos adicionales a la dieta. Esto estimula la descomposición de las propias reservas de carbohidratos y grasas.

Ambas opciones de dieta son estrictas y no deben practicarse más de una vez cada seis meses, ya que el cuerpo experimenta demasiado estrés.

Contraindicaciones

La dieta de ayuno con queso y, sobre todo, alcohol está estrictamente prohibida para personas con enfermedades del sistema nervioso, riñones e hígado, mujeres embarazadas y lactantes, así como para personas que toman medicamentos.

Quienes deseen probar la dieta del queso deben consultar con un médico y evaluar su salud. Recuerden que no deben ayunar más de dos días (con la opción de queso y vino) ni seguir la dieta del queso más de diez días seguidos. Además, antes de comenzar, durante y después de finalizar la dieta, es necesario un tratamiento con multivitamínicos, ya que seguir la dieta limita la cantidad de vitaminas en el organismo.

Vino y quesos

Dieta del queso: rápida y efectiva

Esta es una de las descargas más extremas: sobrecarga considerablemente el hígado, pero a los franceses, amantes de los vinos finos y los quesos caros, les encanta. Con nuestro queso y oporto rusos, por supuesto, no será igual, así que elija queso de alta calidad y vino blanco seco. Como resultado de esta descarga, el cuerpo pierde, en promedio, de uno a dos kilos. No hace falta hablar de problemas hepáticos.

La dieta diaria incluye:

  • una rebanada de pan integral,
  • cinco porciones de queso (de 60 a 70 g cada una en promedio),
  • cinco copas de vino, de unos 50 ml cada una,
  • beber en forma de agua pura o té verde sin azúcar, en un volumen de hasta dos litros por día.

Comemos cinco veces al día, tomando queso y acompañándolo con vino, y la última copa no más tarde de las siete de la tarde. Es recomendable hacerlo durante las vacaciones o los fines de semana, ya que el cuerpo puede reaccionar bruscamente al queso y al alcohol.

Lo pasarás mal: el alcohol estimula el apetito y el queso se "quemará" en el estómago muy rápidamente. Bebe agua, te resultará más fácil y el efecto deshidratante del alcohol será menor.