10 situaciones en las que te alegra saberte de memoria "La ironía del destino"

Las situaciones de la vida pueden ser diferentes. Cuando está bien y cuando está mal, cuando te ríes entre lágrimas y cuando lloras de risa, cuando estás triste y cuando te alegras. También hay ocasiones en las que puedes insertar una cita con tanto éxito. Sucede…
…en la mañana (bueno, a la hora del almuerzo) del 1 de enero, en la mañana del 2, 3, 4 de enero, en la mañana del 9 de marzo, cuando primero rezas “Levanta mis párpados”, y luego dices con toda la imaginable melancolía rusa antigua, y no alegremente, como Zhenya Lukashin: “Necesitas beber menos, necesitas beber menos...”

...cuando el presidente del país afirma que “nunca hemos vivido mejor”, entonces recuerdas a Nadya y ella: “¡A juzgar por el sueldo, no!”

...cuando miras el tablero de la casa de cambio, intentas hacer una compra en tu tienda en línea favorita, averiguas los precios de los billetes de avión y entonces susurras como un mantra: "¡No seas mezquina, Nadya!".

...cuando una amiga llama por la mañana y, con desesperación en su voz, te cuenta que se despertó con un extraño en la cama nuevamente. Primero, claro, la felicitas, y luego, con la entonación de Hipólito, dices: «Está en tu cama, pero ni siquiera sabe tu nombre. ¡Maravilloso!».

...cuando tú mismo te despiertas por la mañana en la misma cama con un desconocido y en tu cabeza desfila el pensamiento: “Y después de esto, ya no soy Hipólito”.

... cuando intentas evadir la oferta de tus amigos de continuar la sesión de karaoke con un diálogo entre Galya y Zhenya: "¿Cuándo canta la gente?" -¿Cuando no hay oído ni voz?

... cuando le dices a tu amiga que nunca amaste a su ex, y ella murmura algo en su defensa sobre lo infeliz que es. Entonces sacas tu as de la manga y dices: "Como si un hombre infeliz no pudiera ser un sinvergüenza".

...todas las situaciones en las que el meme apropiado "Yo era el que sacudía tu casa" se cambia a "¡Chicos, yo soy el que está derribando la puerta!"

...cuando una amiga te cuenta que ha decidido llamar a su hija Sofía, suspiras y dices: “Qué nombre tan increíble… Y lo más importante, es poco común”.

...cuando tú, como Stepan Likhodeev, no puedes recordar ni un segundo de lo que pasó ayer, entonces con tu característica autoironía dices: “¡Porque nunca me emborracho!”.