Estas alitas de pollo son las mejores del mundo.

Quiero compartir esta deliciosa receta con vosotros.
1. Seleccione un pájaro
Tome 1,2 kg de alitas pequeñas
En un tazón grande, combine 125 ml de mostaza amarilla y 125 ml de taza de salmuera para encurtidos.
Sumerja los trozos de pollo en esta salsa.
Cubrir con film y refrigerar por al menos una hora (pero no más de 8 horas).
Retire las alitas de la marinada y séquelas con toallas de papel.
2. Vamos a hacer la salsa:
Mientras las alitas se marinan, disfruta de una hora con este acompañamiento excepcional para tu plato. Una mezcla de diferentes tipos de chile y especias creará un toque picante que no eclipsará el sabor principal de nuestro plato, sino que se sentirá en el paladar durante mucho tiempo.
Lo que necesitas:
- 3 chiles serranos o fresno
- 1 chile jalapeño
- 2 cucharadas de aceite de colza
- ½ cebolla, finamente picada
- ½ cucharada de ajo machacado
- ½ cucharada de pasta de tomate
- ½ cucharada de granos de pimienta negra
- 1 vaso de agua
- 2 cucharadas de pasta de chile
- ½ cucharada de semillas de mostaza
- ½ cucharada de pimienta de cayena molida
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 taza de vinagre de mesa o de sidra de manzana
- 1 cucharada de sal
- ¼ taza de miel
- Jugo de ½ limón
- 100 g de mantequilla ablandada
PROBLEMA DE DIVISIÓN
Divide la salsa en dos partes desiguales. Usa la parte más pequeña para glasear al hornear y cubre los trozos de pollo ya cocidos con la parte más grande.
Qué hacer:
1. Coloque una sartén seca a fuego medio y fría todos los chiles hasta que aparezcan manchas negras en la piel (unos 5 minutos). Nota: Al manipular chiles picantes como el serrano, use guantes de goma.
2. Coloque los pimientos en un recipiente con tapa hermética (o en una bolsa de plástico con cierre), espere 10 minutos, sáquelos y pélelos. Caliente el aceite de canola en una cacerola a fuego medio y sofría la cebolla y el ajo hasta que estén tiernos (unos 8 minutos).
3. Añade la pasta de tomate y cocina a fuego lento durante 30 segundos más. Agrega los pimientos y el resto de los ingredientes, excepto el zumo de limón, la miel y el aceite.
4. Cocine hasta que espese (unos 20 minutos). Deje enfriar y licúe con jugo de limón, miel y mantequilla.

Rápido y fácil: salsa de un minuto
Si tienes prisa y no tienes tiempo para preparar tu propia salsa, usa una comprada. Calienta 1 taza de cualquier salsa picante en una cacerola pequeña a fuego lento. Luego, agrégala a la licuadora junto con 4 dientes de ajo, 2 cucharadas de miel y 2 jalapeños asados. Licúa hasta que la mezcla se vuelva líquida. Derrite 2 cucharadas de mantequilla en la misma cacerola, vierte el líquido de la licuadora y mantén caliente a fuego mínimo hasta que sea el momento de usar la mezcla para su propósito.
3. Vamos a prepararnos:
El secreto de unas alitas excelentes está en la salsa glaseada, pero esta debe aplicarse en el momento justo. Si el pollo aún no está lo suficientemente cocido, la salsa lo dejará pastoso y no quedará crujiente.
Hazlo de esta manera :
Precalienta el horno a 190 °C. Coloca las alitas en una sola capa sobre bandejas de horno engrasadas. Hornea en la rejilla central hasta que estén doradas (unos 15 minutos). Retira y reduce la temperatura a 150 °C. Con una brocha de repostería, unta cuidadosamente las alitas con la salsa (pincha, no la viertas, ya que quedará un guiso en lugar de un aperitivo). Vuelve a meterlas al horno y hornea hasta que estén crujientes (15-20 minutos). Retira una ala, sujétala por los bordes y sepárala. ¿Se desprenden fácilmente los huesos de debajo de la carne? Tu aperitivo está listo.
TERMINA LA RECETA: SUBE EL FUEGO
“Hacia el final del tiempo de cocción, coloca las alitas bajo la parrilla para que la piel quede extra crujiente y caramelice el glaseado dulce”, sugiere el chef. Precalienta la parrilla del horno o la plancha a fuego medio, retira las alitas unos 5 minutos antes de que estén listas, cúbrelas con la salsa y colócalas en una bandeja para hornear bajo la parrilla o en una plancha sobre la estufa. Cocina hasta que la piel esté bien crujiente, unos 5 minutos, volteándolas cada minuto.

4. Atender:
En un tazón grande, mezcle las alitas horneadas con un poco de la salsa restante. No se apresure a agregar toda la salsa, solo agregue ¼ de taza a la vez para controlar el proceso. Termine cuando todos los trozos de pollo estén completamente cubiertos, pero deténgase antes de que se peguen y se ablanden (y no mezcle la salsa sobrante que usó como glaseado al hornear; podría contener bacterias al entrar en contacto con el ave poco cocida).
Atender:
Coloque palitos de zanahoria y apio en un plato con trozos de pollo y olvídese de las salsas de queso compradas en la tienda: estos químicos ahogarán el aroma y el sabor del plato. Mejor aún, sírvalos con un trozo de queso picante.
POTENCIADOR DEL SABOR: HÁGASE EL QUESO
¿No te imaginas unas alitas sin salsa de queso azul? Pues haz la tuya, es muy fácil. Mezcla 1 parte de tu queso azul favorito, 1 parte de mayonesa y 2 partes de crema espesa en una licuadora. Es una salsa espesa estupenda que refrescará la carne y equilibrará el picante de las alitas.